Características
del lenguaje científico
El lenguaje
técnico–científico no es uniforme. Cada rama del saber, cada disciplina,
utiliza un lenguaje propio. Más que de un solo lenguaje científico pues, habría
que hablar de variedades o subsistemas que coinciden en unas características
comunes.
Como el resto
de los lenguajes especializados, el técnico–científico sólo es utilizado por
sus hablantes en una parcela de su actividad; fuera de ella hacen uso de la
lengua común. La dificultad de estos lenguajes los convierten en algo difícil
de comprender para el resto de los hablantes.
Los textos
científicos deben observar las cualidades fundamentales de la ciencia:
objetividad, universalidad y verificabilidad.
Teniendo en
cuenta todo lo anterior, trataremos de extraer el denominador común de los
textos que pueden caracterizarse como científicos.
Registro culto
En general,
los textos científicos suelen poseer un alto nivel de corrección sintáctica y,
por ello, acostumbran a ser claros y concisos. La precisión, que se logra
fundamentalmente mediante el uso abundante de léxico monosémico , es otro de
los rasgos definitorios de este tipo de lenguaje.
Claridad
Son frecuentes las subordinadas adjetivas explicativas, que actúan como aclaración de sus antecedentes.
Con la misma finalidad se utilizan abundantemente incisos, aposiciones y enunciados parentéticos entre comas, rayas o paréntesis.
No es infrecuente el uso de la conjunción disyuntiva o con valor de identificación o equivalencia.
Son habituales también los resúmenes, aclaraciones o definiciones tras dos puntos.
Mediante enlaces extraoracionales explicativos se consolida la coherencia textual .
La repetición de palabras, desaconsejada en otros tipos de textos, se tolera en los técnico–científicos por su valor aclaratorio.
Se utilizan profusamente los enlaces extraoracionales, tanto los que distribuyen secuencialmente los párrafos, como los que establecen relaciones de conclusión o consecuencia.
Formas expresivas
propias de la disciplina
Aparecen en
los textos científicos elementos gráficos, iconográficos, cromáticos,
tipográficos, etc. que sirven de apoyo al código lingüístico. El resultado es
un código muy distinto para cada ciencia o disciplina y que varía según el
destino del texto; en los destinados a la enseñanza primaria y media son más
abundantes los recursos gráficos que en textos universitarios o destinados a
profesionales y especialistas en la materia. Estos elementos suelen ser los
mismos para todas las lenguas, tienen un carácter mucho más universal que los
recursos no lingüísticos propios de otros lenguajes especializados.
Objetividad
La objetividad
se consigue diluyendo la importancia del sujeto, destacando los hechos y los
datos, y determinando las circunstancias que acompañan a los procesos. Para ello,
los escritos científicos suelen utilizar recursos como los siguientes:
Oraciones
enunciativas. Presencia casi exclusiva de la función referencial.
Construcciones
impersonales y pasivas, tanto pasivas reflejas como perifrásticas, que ocultan
o hacen desaparecer al agente. Utilización esporádica de la voz media.
Preferencia
especial por las construcciones nominales sobre las verbales: Diluyo el polvo
en agua y tomo una pequeña cantidad con una pipeta (lengua común) >
Disolución del polvo en agua y toma de muestras con una pipeta (lenguaje
científico). Esta nominalización de oraciones elimina los morfemas de persona,
con lo que se desvanece el interés por el agente, y utiliza un sustantivo
postverbal abstracto que transforma la acción en un hecho ya realizado.
Adjetivos casi
exclusivamente especificativos, generalmente pospuestos, que delimitan y
concretan la extensión semántica del sustantivo.
Con idéntica
función que los adjetivos, utilización profusa de otros adyacentes del SN:
proposiciones de relativo especificativas, y complementos del nombre (SN
precedidos de preposición).
Uso
predominante del indicativo como modo de la realidad.
Estructuras
oracionales que comienzan con una construcción de infinitivo, gerundio o
participio.
CC que sitúan
las circunstancias de los hechos, tanto SN precedidos de preposición, como
subordinadas adverbiales, especialmente causales y finales.
Universalidad
Algunos rasgos
que muestran la universalidad del texto científico son:
Uso del
artículo con valor generalizador. Atribuye a la especie lo que se dice del
individuo: el león es uno de los mayores depredadores de la selva.
Presente
científico. Al ser el presente de indicativo o subjuntivo el tiempo no marcado,
el tiempo cero, es el más indicado para designar la universalidad de los
hechos.
Utilización de
sustantivos abstractos que confieren a lo material un valor mental y universal.
Uso de
tecnicismos, fácilmente traducibles a cualquier lengua y, por tanto, auxiliares
inestimables para contribuir a la universalidad del texto científico.
Para conseguir
universalidad, se utilizan también muchos rasgos no lingüísticos como gráficos,
fórmulas, demostraciones matemáticas, símbolos convencionales… que, además,
contribuyen a laverificabilidad de los hechos.
Léxico
Científico
La rapidez con
la que progresan actualmente las disciplinas técnico–científicas exige una
permanente actividad creadora de tecnicismos, de resultados a veces
precipitados y poco acordes con el sistema morfológico y fonológico español.
Los procedimientos que se usan para la creación de neologismos científicos son
los siguientes:
Derivación y
composición
Ambos son
procedimientos de creación de léxico propios de la lengua común, que también se
utilizan en el lenguaje científico y técnico: recauchutar, reciclar, pretensado,
postproducción, descodificar, almacenaje, hibernación, trepanación, lanzadera,
cortadora, cristalización, fosilización, ordenador, transistor, biodegradable,
etc.
Procedimientos
convencionales de cada disciplina
Además de los
procedimientos de derivación de la lengua general, cada disciplina suele poseer
recursos de derivación y composición propios. El ejemplo más claro lo ofrece la
Química con los prefijos y sufijos que se usan en formulación: per—, hipo—,
bi—, met—, et—, —ano, —ilo, —uro, —oso, etc. En Geometría, Biología, Medicina,
se podrían ofrecer ejemplos similares.
Latinismos,
grecismos e híbridos
Los grecismos
han llegado hasta nosotros siempre por vía culta, no patrimonial, multitud de
palabras griegas que conservan su antiguo significado: sismo, amorfo, átomo.
Otros han
sufrido cambio de significado en su incorporación a nuestra lengua: faro ‘señal
luminosa en una isla de la desembocadura del Nilo’, fósforo ‘lucero de la
mañana’, disección ‘estructura de las diferentes partes del cuerpo’.
Y otros
muchos, especialmente cuando el objeto o el concepto son totalmente nuevos, son
neologismos creados mediante la combinación de afijos o raíces griegas: an-
‘no, sin’ + orexia ‘apetito’ > anorexia ‘falta de apetito’, cricos ‘anillo’
+ oide ‘parecido a’ > cricoide ‘cartílago anular de la laringe’, cito
‘cubierta’ + plasma ‘formación’ > citoplasma ‘cubierta celular’.
Los latinismos
siguen el mismo modelo de incorporación a nuestra lengua: algunos mantienen el
significado latino: pústula, pómez, círculo; otros cambian su significado:
artículum ‘articulación pequeña’ > artículo‘escrito periodístico’; y otros
son neologismos creados con afijos o raíces latinas: somnum ‘sueño’ + fero
‘llevar’ > somnífero.
Por último,
hay neologismos científicos en los que se utilizan formantes procedentes de
ambas lenguas clásicas o se mezclan con formantes españoles: combinaciones
grecolatinas: lat. pluvia ‘lluvia’ + gr. metrón‘medida’ > pluviómetro;
combinaciones de raíces clásicas y españolas: lat. pluri ‘varios’ + empleo >
pluriempleo.
Préstamos
Los prestamos
son términos de otra lengua utilizados en la propia. Aunque, como en tantos
otros campos de la lingüística, no hay unanimidad en la terminología, podemos
utilizar el término préstamo para referirnos a cualquier tipo de voz extranjera
utilizada en español.
Básicamente
podemos hablar de dos tipos de préstamos:
Los que se
utilizan con su forma original y son sentidos por el hablante como ajenos a su
propio idioma.
Los que han
sufrido adaptación a la fonética y morfología del español. Hay diferentes
grados de adaptación:
Ligeras
modificaciones en el significante: fr. plateau > plató, fr. linotipe >
linotipia, ing. film > filme, ing. cassette > casete, it. spagheti >
espagueti.
Cambios
importantes en el significante: ing. shock > choque.
Traducción del
extranjerismo: ing, rooter > desraizadora, ing. off side > fuera de
juego. Este mecanismo a veces produce incorrecciones que se denominan calcos
léxicos o sintácticos : ing.industrial plant > planta industrial, fr. >
encendedor a gas (por encendedor de gas), jugar un papel importante (por
desempeñar un papel importante).
Presencia
simultánea de dobles formas: nilón (< fr.) / nailon (< ing.), balompié /
fútbol, voleibol / balonvolea.
Desde el punto
de vista de su origen podemos distinguir: anglicismos, galicismos, germanismos,
italianismos, lusismos. La mayoría de los préstamos recibidos en el español son
anglicismos y galicismos. La proximidad geográfica y la relación cultural con
Francia, y la dependencia comercial, científica y técnica respecto a Estados
Unidos y Gran Bretaña son los condicionantes fundamentales de esta influencia.
Las siglas y
los acrónimos que se usan en español han visto incrementado su número
considerablemente por influencia del inglés; son muchos los acrónimos y siglas
ingleses presentes en el español contemporáneo: hifi, láser, radar, sonar; y
otros muchos calcos léxicos: UVI, ovni, UCI, IVA.
Problemas
morfológicos de los préstamos
Las
diferencias fonéticas entre las lenguas pueden plantear problemas morfológicos
en la incorporación de extranjerismos. Los más relevantes son:
Formación del
plural: récord / récords , búnker / búnkers, ballet / ballets, lord / lores,
déficit / déficit, pub / pubs.
Femeninos
terminados en –o. La oposición –a / –o que en español distingue el femenino del
masculino se ha visto debilitada por la multitud de extranjerismos femeninos
terminados en –o: la dinamo, la moto, la libido, la UNESCO.
Desde el punto de vista
normativo, hay que recordar que, siempre que sea posible, es decir, siempre que
el español ofrezca una solución léxica, es conveniente utilizar una forma
española: *hall → recibidor, zaguán,vestíbulo, entrada; y que suele resultar
conveniente una adaptación rápida a la morfología española.
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